Navidad se acerca a Ciudad Gótica y Batman se encuentra siguiendo a un hombre llamado Bob Cratchit, el cual trabajaba para el Guasón. Bob tenía un hijo pequeño con un delicado estado de salud, por lo que por desesperación él tuvo que aceptar realizar una entrega para el Príncipe Payaso del Crimen. Batman increpa a Bob para saber donde esta el payaso pero es tanto el miedo que le ocasiona que le hace caer su paquete el cual estaba lleno de dinero del Guasón. Sabiendo que el payaso querría recuperar su dinero, Batman usa a Bob como cebo, y lo deja ir con un rastreador colocado en su bufanda.
Al llegar a su precario hogar, su hijo Tim lo recibe con un árbol de Navidad que él mismo diseño con resto de basura al cual le quería agregar algo que representara a Batman ya que este era un buen tipo, sin embargo alguna veces las buenas personas deben hacer cosas malas. En la Baticueva, Bruce manifiesta señales de un neumonía bastante grave, pero a pesar de las insistencias de Alfred este decide no tratarse. Al ver el ultimo caso en que su amo está trabajando, el mayordomo expresa su disgusto al ver que Bruce ha puesto en peligro la vida de un niño al usar a su padre como cebo, pero Bruce hace eso para evitar que el niño siga los pasos de su padre. Alfred fríamente le advierte que hubo una vez otro niño cuyo futuro fue puesto en riesgo bajo su guardia. Ese chico había sido Robin, la única persona que había hecho feliz a Bruce, pero tras su muerte todo se había hundido en tinieblas.